Viajé a Nueva York en enero, un mes que, aunque puede ser bastante frío, no me impidió disfrutar de esta hermosa ciudad. Estuve en un hotel céntrico, lo que me permitió moverme por la zona sin problema. Aunque el desayuno no estaba incluido (cosa que yo ya sabía), tenía un Starbucks justo enfrente.

Recomiendo probar las donuts, un clásico;  así como los pretzels.

La ciudad ofrece una gran variedad de actividades, desde pasear por el Central Park hasta visitar museos y disfrutar de obras de teatro. Tuve la oportunidad de conocer la Estatua de la Libertad y, en el mismo día, la Isla de los Inmigrantes, lo cual resultó ser una experiencia muy interesante. También subí al Empire State Building por la noche; aunque el frío era intenso, la vista desde arriba definitivamente valió la pena.

Desde Nueva York, hice la excursión a Boston por recomendación de la agencia y fue una excelente decisión. No solo conocí la ciudad, sino que también pude visitar Harvard. Sinceramente, creo que una semana no es suficiente para recorrer Nueva York y sus alrededores. Por eso, planeo regresar pronto a “La Gran Manzana”, ya que me quedaron muchas cosas por conocer.

By Diego