Italia: Un museo a cielo abierto

Viajé en enero a Italia con mi familia, aunque en esa época el clima suele estar fresco, nos sorprendieron días soleados; solo llovió unos minutos en Cinque Terre. Incluso pudimos visitar la isla de Capri, un destino que normalmente queda fuera del itinerario si el clima no lo permite. Este viaje fue especialmente conmovedor para mí, ya que mi padre era italiano, y poder pisar su tierra natal fue una experiencia profundamente emotiva.

Optamos por un tour organizado en el que conocimos ciudades como Roma, Florencia, Génova, Milán, Verona, Venecia y Nápoles. Cada lugar fue un descubrimiento; muchos destinos en Italia son verdaderos museos al aire libre, y caminar por sus calles nos transportó a otra época.

La gastronomía fue, sin duda, un punto destacado. Probamos platos típicos como la pizza, que en Italia suele ser más fina que la argentina, y su tamaño individual es generoso (aunque esto, claro, depende del apetito de cada uno). También nos deleitamos con pastas tradicionales: lasagna, spaghetti y los famosos fideos a la carbonara. 

Aprovechando que el circuito finalizaba en Roma, agregamos cinco noches para recorrerla a nuestro ritmo. Visitamos el Coliseo, como en enero no hay tanto turismo, las entradas las pudimos comprar rápidamente; esa misma entrada nos dio acceso al Foro Romano y al monte Palatino. También visitamos el Vaticano comprando los tickets en destino.

Siguiendo la Vía de la Conciliazione, que conecta la Plaza de San Pedro con el Castel Sant’Angelo, llegamos a este castillo. Recomiendo visitarlo, ya que realmente vale la pena.

Solo me queda decir que recomiendo profundamente visitar Italia. Sin duda, ¡volveremos!

By Horacio

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